Dentro del amplio espectro que abarca el control de plagas, el de las aves en general, y particularmente el de las palomas, a pesar de ser considerados animales perjudiciales para la salud, requiere de procedimientos muy complejos para su control debido a la repulsa pública que provoca la matanza de las mismas. El mayor exponente en las calles, edificios, plazas o parques de las zonas urbanas es la Columba livia o paloma doméstica, también llamada paloma casera silvestre. Estos ambientes son muy favorables para que se establezcan ya que ofrecen grandes posibilidades de refugio, abundante disponibilidad de agua, fácil acceso a fuentes de alimentos, pocos predadores naturales y muy escasa competencia de otras aves.
Los daños que generan las palomas a través de sus hábitos y su potencial condición de transmisoras de enfermedades, así como también por su capacidad de transportar vectores transmisores de las mismas, las expone indudablemente como una plaga peligrosa que debe ser tratada como tal. Algunos de los perjuicios que ocasionan son:
• Higiénico-sanitarios:
Sus excrementos son responsables de importantes infecciones respiratorias (candidiasis, criptococcosis, histoplasmosis, etc.) e intestinales (salmonellas), esto se ve agravado porque generalmente se encuentran anidando cerca de los depósitos de agua y equipos de aire acondicionado o ventanas.
Sus nidos están asociados a la presencia de vectores o ectoparásitos tales como vinchucas y chinches (hemípteros), dípteros, ácaros, etc.
• Económicos:
Los nidos, excrementos y/o especímenes muertos obstruyen los desagües provocando daños en techos y paredes por acción de la humedad, incidiendo en gran medida en los costos de mantenimiento de los edificios. Así como también afectan considerablemente la estética por las chorreaduras con excrementos, que son muy comunes en frentes o fachadas de los edificios, deteriorando el aspecto y la vista de los lugares donde se encuentran, incluidos equipos, máquinas o productos terminados.
En consecuencia se hace imperiosa la necesidad de implementar técnicas de exclusión, ahuyentamiento, captura, o cualquier medida tendiente a llevar el problema a niveles tolerables, siempre teniendo en cuenta la legislación vigente, el comportamiento y biología de las aves, y las características del lugar. Las principales técnicas disponibles para el control de palomas son:
Trampeo: El procedimiento consiste en la instalación de trampas de captura múltiple (hasta 50-60 palomas), en el sector donde éstas se encuentran anidando, por un período de tiempo a establecer, con cebado y recolección periódica de palomas durante este lapso, a fin de reducir la población residente. Es especialmente efectivo cuando las palomas no cuentan con fuentes de alimento fáciles o cercanas.
Aplicación de pasta repelente: es efectiva sólo en casos puntuales y localizados donde se quiere evitar el asentamiento de palomas. En exteriores mantiene su efectividad por un máximo de tres años y medio. La pasta repelente produce una sensación de inestabilidad en las aves que impide que éstas se posen en los sectores donde se aplica.
Protección estructural: consiste en hacer inaccesibles o no aptos para la anidación de palomas, los lugares que se desea proteger, con dispositivos permanentes donde las palomas anidan o se posan, como la colocación de cerramientos de mallas de hilo, plástico o alambre, repelente de bandas de púas o de hilos de alambre con resortes, que ahuyentan las aves, y otras medidas como la modificación de estructuras que favorezcan la anidación.